La nueva edad de oro para la banca que haga los deberes

Decía el escritor estadounidense Henry Miller que “cada momento es de oro para los que lo saben ver como tal”, y ese momento para la banca puede ser ahora, a pesar de los nubarrones que desde varios sectores se anuncian para 2020. Porque con una economía más o menos boyante, lo que es innegable son las múltiples oportunidades que la transformación digital genera para la sociedad. Y de entre ellas, las que tienen que ver con la industria bancaria están también en boca de los mayores expertos el sector. Hablamos de expansión de servicios, hablamos de procesamiento de datos y hablamos también de consumidores más satisfechos.
Es el análisis que realiza el coeditor de The Financial Brand y editor del Digital Banking Report, Jim Marous, en un abundante análisis sobre las tendencias tecnológicas que tendrán un mayor impacto disruptor en la banca a los largo de 2020. Abrochémonos los cinturones, porque hablamos de un viaje que requiere nuevas estrategias informáticas y de almacenamiento, análisis avanzados, capacidades mejoradas de ciberseguridad y una nueva perspectiva sobre cómo se pueden prestar los servicios bancarios.
1) Velocidad, velocidad, velocidad. La banca también es 5G
Por si queda alguien que no lo haya oído, 5G significa tanto como mejorar por 10 las conexiones 4G: velocidades de descarga y carga súper rápidas, así como conexiones más estables. Su disponibilidad y uso para 2020 y 2021 serán cada vez más habituales, y no solo afectarán a más dispositivos, sino que también se estima que ejercerán una presión a la baja sobre las tarifas de datos.
Una mayor conectividad habla de una capacidad hasta ahora inédita para recopilar y transferir datos, para un universo IoT (Internet de las Cosas) más integral, y para la convergencia entre tecnologías fijas y móviles. Y, de cara a la banca, implica el despliegue definitivo de asistentes virtuales, así como del incremento en la seguridad de las comunicaciones, asistida por características biométricas mejoradas.
2) Blockchain: de lobo feroz a aliado
La industria bancaria todavía no ha terminado de tomarle el pulso a las iniciativas blockchain, pero no hay motivo para pensar que deje pasar la oportunidad en 2020. Hoy se hacen más pruebas que nunca en la banca minorista y corporativa, y se hacen por tres motivos fundamentales: más confianza, más transparencia y menos costes. Es decir, lo que necesita cualquier industria actual para incrementar el flujo de caja.
Según el análisis, las incursiones en blockchain “probablemente se centrarán en remesas, prevención de fraude KYC / ID y calificación de riesgo”. Esta evolución no está exenta de un cambio cultural exigido por la colaboración entre instituciones y el intercambio de datos. Pero este obstáculo está llamado a reconvertirse, también, en oportunidad de crecimiento. El “aislamiento” es cada vez menos una opción en una sociedad en permanente transformación.
3) La mejor forma de tocar tierra es…
Quién iba a imaginar que “estar en las nubes” sería la mejor forma de estar operativo. Y decimos bien “nubes” porque el debate en los últimos tiempos entre nube privada y nube pública ha sido constante. Para rematar el debate, la solución parece estar en… ninguna de las dos: nube distribuida.
Aunque ha dejado de ser tecnología emergente, Gartner estima en un 75% el volumen de datos empresariales creados o procesados fuera de los centros de datos. Tenerlos todos en un sistema propio, cuando hablamos de interoperabilidad parece irresponsable, pero no menos lo parece ceder el control total a un proveedor externo (al margen de las regulaciones legales), y ahí es donde entra en juego la nube distribuida: tu potencia de acceso, mi arquitectura y mis datos. ¿Resultados? Mayor flexibilidad y optimización de tres aspectos clave en la industria bancaria: infraestructura, seguridad y cumplimiento.
4) Salud, dinero… y tecnología
Aunque los mercados norteamericano y europeo (especialmente el español) distan enteros en cuanto a las características económicas de los sistemas de salud, cualquier ocasión es buena para aprovechar las empresas innovadoras en lo tocante al pago, el software y la atención médica derivadas de la denominada “consumerización” de la atención médica. Dicho de otra forma: en el inevitable salto de la gestión de la salud centrada en el proveedor, al servicio centrado en el cliente-paciente.
Se estima que 2020 verá la aparición de aplicaciones fintech que ayudan a los consumidores a pagar planes de atención médica, con mayores ventajas en materia de deducciones y beneficios financieros derivados de una atención médica mejorada. Si a ello sumamos los “cuantificadores” y wearables con capacidades de medición de biorritmos, hablamos de la inminencia de sistemas de recompensas de las que se pueden beneficiar tanto las empresas de atención médica como las organizaciones de servicios financieros.
5) Los últimos días del “crédito para el coche”
Las tendencias vaticinan una pérdida paulatina del mercado tradicional del coche particular. Los automóviles del futuro serán autónomos, su vida útil será diferente a la de las últimas décadas, y las opciones de consumo como servicio (desplazamiento inteligente y colaborativo) se multiplicarán.
¿Qué repercusión tiene esto sobre la industria bancaria? Pues unas cifras a la baja en cuanto al número de créditos para la compra de vehículos. Y ahí la banca se la vuelve a jugar. Para los agentes del sector que no sean capaces de anticipar este movimiento, significa una pérdida de negocio. Para quienes, por el contrario, sepan anticipar la tendencia y comportarse en consecuencia, es una gran oportunidad para aumentar la cartera de servicios de sus plataformas: reducción de riesgos, operaciones a corto, fidelización de usuarios, reserva inteligente de vehículos e incluso recompensas en función de la regularidad u otros datos del cliente que permitan identificar patrones de consumo. Un conductor que no tiene que conducir dispone de más tiempo para otras tareas. En todas ellas la industria bancaria tiene una ocasión de impacto.
6) Voz más allá del marketing y el capricho
Según Statista, en 2018 se vendieron más de 34 millones de dispositivos de altavoces inteligentes en los EEUU, y se estima que 2019 cierre con unas cifras ligeramente similares (36 millones). El uso de la búsqueda por voz no es un capricho de la industria: es intuitiva, es conveniente y es accesible. Algo que afecta a las tareas de marketing digital de todas las empresas, incluida la banca.
Pero ya no se trata solo de tener un mejor posicionamiento en Internet. Se trata de generar una experiencia que para el consumidor de banca sea un punto a favor. Es decir, una integración entre plataformas, sucursales y puntos de contacto que genere una estrategia exitosa de comercio de voz.
7) La batalla entre las amenazas cibernéticas y la ciberseguridad
El trabajo de la banca en materia de ciberseguridad quizá sea de los más avanzados del mundo, y va a seguir siendo una de las principales tendencias tecnológicas para el sector. Porque el desafío sigue presente: garantizar la privacidad de los datos y la seguridad de los datos personales.
Mientras la automatización de funciones se incrementa, también lo hace el número de organizaciones que informan de una incapacidad para encontrar talento y habilidades. El aumento de dispositivos móviles, los dispositivos IoT y la multiplicidad de agentes interesados en los ciberataques a la banca hacen que esta industria esté llamada a seguir liderando el sector. Algo que, nuevamente, puede suponer una amenaza para los players con menos iniciativa, y una gran oportunidad para aquellos que tomen las posiciones adecuadas.
Estos, entre otros, son algunos de los factores que conducen, contra el pronóstico de los más pesimistas, a una “edad de oro” de la banca.
– ¿De toda la banca?
No: de aquella que haga correctamente los deberes.
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